jueves, 17 de diciembre de 2015
viernes, 11 de diciembre de 2015
sábado, 21 de noviembre de 2015
Pruebas y consultas preoperatorias.
El cirujano necesita asegurarse de que usted esté listo para su cirugía. Para hacer esto, usted tendrá algunos chequeos y exámenes antes de la cirugía.
Muchas personas diferentes en su equipo quirúrgico pueden hacerle las mismas preguntas antes de la cirugía. Esto es porque su equipo necesita tener toda la información que le brinde los mejores resultados de la cirugía. Trate de ser paciente si le hacen las mismas preguntas más de una vez.
Pruebas necesarias:
Muchas personas diferentes en su equipo quirúrgico pueden hacerle las mismas preguntas antes de la cirugía. Esto es porque su equipo necesita tener toda la información que le brinde los mejores resultados de la cirugía. Trate de ser paciente si le hacen las mismas preguntas más de una vez.
Pruebas necesarias:
El cirujano puede decirle que necesita algunos exámenes antes de la cirugía. Algunos de ellos son para todos los pacientes quirúrgicos; otros se realizan sólo si usted está en riesgo de ciertas enfermedades.
Algunos exámenes comunes que el cirujano le solicitará hacerse si no se los ha hecho recientemente son:
- Exámenes de sangre, como un conteo sanguíneo completo (CBC) y exámenes del riñón, el hígado y el azúcar en la sangre
- Radiografía de tórax
- Electrocardiograma (ECG)
Algunos médicos o cirujanos también le pueden pedir que se haga otros exámenes. Esto depende de:
- Su edad y salud general
- Riesgos o problemas para la salud que usted pueda tener
- El tipo de cirugía que le van a hacer
Estos otros exámenes pueden abarcar:
- Exámenes para observar el revestimiento de los intestinos o el estómago, como colonoscopia o una endoscopia de vías digestivas altas
- Prueba de esfuerzo cardíaco u otras pruebas para el corazón
- Pruebas de la función pulmonar
- Exámenes imagenológicos, como una resonancia magnética (RM), una tomografía computarizada (TC) o una ecografía.
Verifique que los médicos que le realicen los exámenes preoperatorios le envíen los resultados a su cirujano. Esto ayudará a evitar que la cirugía se retrase.
Relación entre lactancia materna y caries.
Muchos científicos afirman que la lactancia materna en un periodo prolongado puede tener relación con el desarrollo de las caries pero diversos estudios demuestran que no hay una evidencia científica de que las caries pueden aparecer por esta causa.
Se ha demostrado que la lactancia materna tiene muchos factores beneficiosos para la salud bucodental y que, gracias a ello, sirve para la prevención del desarrollo de las caries. Estos factores son:
- Factores de defensa que inhiben el crecimiento bacteriano.
- Contiene minerales como calcio, fósforo y proteínas que favorecen a la remineralización.
- Contiene componentes como la urea o la arginina que favorece el aumento del pH y por lo tanto disminuyen la desmineralización.
También se puede ver que no hay relación entre la caries y la lactancia materna por estas razones:
- Cuando se da de mamar el pezón no toca los dientes.
- Aunque el bebé se duerma con el pezón en la boca no sigue saliendo leche por lo que no hay riesgo de que se desborde la leche en la boca.
- La leche contiene lactosa que es el azúcar menos cariogénico que existe.
- La leche materna no causa una disminución significativa del pH
- Previene la caries.
Ejemplo de caries en bebé con lactancia materna:
Cuidados Paliativos.
OMS: "Cuidado total activo de los pacientes cuya enfermedad no responde a tratamiento curativo. El control del dolor y de otros síntomas, y de problemas psicológicos, sociales y espirituales es primordial".
Además de los controles de los factores ya mencionados, debemos de tener en cuenta que los cuidados se deben de empezar tras el diagnóstico de la enfermedad, y no al final de la vida de la persona. Consecuentemente, se verá modificado dependiendo de las necesidades que tengan los cuidadores principales (familiares/amigos) o los propios pacientes.
Debe ser gradual el cambio entre los cuidados curativos a los paliativos, y deberían basarse en las necesidades del paciente y no a la prolongación de la vida como fecha final.
Los cuidados paliativos deben de ser realizados y evaluados por personal sanitario (médicos, enfermeros, psicólogos, auxiliares de enfermería y trabajadores sociales). Espontáneamente, suelen intervenir otros profesionales de la salud.
Ha sido demostrado que se reduce el sufrimiento y facilita el paso de las etapas de la enfermedad, el conjunto de los cuidados paliativos y el tratamiento curativo. De esta manera nos acercamos más fácilmente al paciente.
Un modo de no confundirnos y evaluar a un paciente como terminal, la SECPAL establece unos criterios a seguir:
- Existencia de una enfermedad avanzada, progresiva e incurable.
- Falta de posibilidades razonables de respuesta al tratamiento específico.
- Aparición de numerosos problemas o síntomas intensos, múltiples y cambiantes.
- Pronóstico inferior a los seis meses.
- Gran impacto emocional en el paciente, familia, y equipo terapéutico, muy relacionado con la presencia, explícita o no, de la muerte.
A continuación, podéis ver un reportaje de una unidad paliativa en la cual explican qué es cuidados paliativos, las necesidades del paciente, qué se puede hacer por ellos, el apoyo que necesita, y ante todo satisfacer sus necesidades.
¿Qué tipos de acceso vascular encontramos en hemodiálisis?
Fístula arteriovenosa.
Los cuidados de la FAV comienzan en una fase anterior a la realización de la misma, proporcionando la debida información al paciente, con inclusión de nociones generales sobre el AV, descripción, utilidad y cuidados a aplicar; asimismo, se ha de preservar la red venosa del paciente, desde el mismo momento en que se sabe que éste puede necesitar tratamiento renal sustitutivo.
Posteriormente, los cuidados de la fístula variarán según se realicen en el postoperatorio inmediato, período de maduración o una vez iniciado el programa de HD.
Catéteres centrales para hemodiálisis.
El empleo de catéteres en las venas centrales constituye una alternativa a la FAV y en algunos casos son la única opción para dializar a un paciente, ya que proporciona un acceso al torrente circulatorio de una forma rápida y permite la realización de una diálisis eficaz, aunque ha de tenerse en cuenta que la diálisis a través de un catéter es de menor eficacia que la realizada por una FAV. Los catéteres centrales pueden clasificarse en tunelizados y no tunelizados, en los que el tratamiento por parte de enfermería es prácticamente el mismo, ya que ambos precisan de los mismos cuidados básicos. Los cuidados de enfermería son esenciales para el buen funcionamiento de los catéteres centrales como AV para HD.
Los objetivos de estos cuidados se encaminan a obtener el mejor rendimiento durante la sesión de HD, a minimizar los factores de riesgo de las complicaciones potenciales y hacer una detección precoz de las mismas, en caso de producirse. Todos los datos sobre el catéter venoso central, tales como lugar de implantación, fecha de implantación, tipo de catéter, longitud, volumen de cebado, así como cualquier incidencia con relación al mismo, han de recogerse en la historia del AV del paciente. Toda manipulación del catéter venoso central, tales como conexión, desconexión, sellado, etc., han de realizarse según las recomendaciones de asepsia universales. Se han de utilizar campo y guantes estériles. Tanto el personal sanitario como el paciente deben utilizar mascarilla durante la manipulación del catéter. Los catéteres vasculares para HD únicamente deben utilizarse para realizar las sesiones de HD y ser manipulados por personal adecuadamente entrenado.
En los catéteres tunelizados se evitarán las tracciones o movimientos bruscos del catéter en las primeras semanas para facilitar la cicatrización y la fijación del manguito de dacron al tejido subcutáneo. Resulta de gran utilidad un control periódico de la longitud del tramo exterior del catéter –distancia entre el orificio de salida y las ramas de conexión. Ha de prestarse especial atención a pacientes ancianos en los que el tejido subcutáneo está disminuido y no suele producirse un anclaje adecuado.
Pincha aquí para ver la explicación sobre los accesos vasculares de HD según el Dr. Solozabal.
Los cuidados de la FAV comienzan en una fase anterior a la realización de la misma, proporcionando la debida información al paciente, con inclusión de nociones generales sobre el AV, descripción, utilidad y cuidados a aplicar; asimismo, se ha de preservar la red venosa del paciente, desde el mismo momento en que se sabe que éste puede necesitar tratamiento renal sustitutivo.
Posteriormente, los cuidados de la fístula variarán según se realicen en el postoperatorio inmediato, período de maduración o una vez iniciado el programa de HD.
Catéteres centrales para hemodiálisis.
El empleo de catéteres en las venas centrales constituye una alternativa a la FAV y en algunos casos son la única opción para dializar a un paciente, ya que proporciona un acceso al torrente circulatorio de una forma rápida y permite la realización de una diálisis eficaz, aunque ha de tenerse en cuenta que la diálisis a través de un catéter es de menor eficacia que la realizada por una FAV. Los catéteres centrales pueden clasificarse en tunelizados y no tunelizados, en los que el tratamiento por parte de enfermería es prácticamente el mismo, ya que ambos precisan de los mismos cuidados básicos. Los cuidados de enfermería son esenciales para el buen funcionamiento de los catéteres centrales como AV para HD.
Los objetivos de estos cuidados se encaminan a obtener el mejor rendimiento durante la sesión de HD, a minimizar los factores de riesgo de las complicaciones potenciales y hacer una detección precoz de las mismas, en caso de producirse. Todos los datos sobre el catéter venoso central, tales como lugar de implantación, fecha de implantación, tipo de catéter, longitud, volumen de cebado, así como cualquier incidencia con relación al mismo, han de recogerse en la historia del AV del paciente. Toda manipulación del catéter venoso central, tales como conexión, desconexión, sellado, etc., han de realizarse según las recomendaciones de asepsia universales. Se han de utilizar campo y guantes estériles. Tanto el personal sanitario como el paciente deben utilizar mascarilla durante la manipulación del catéter. Los catéteres vasculares para HD únicamente deben utilizarse para realizar las sesiones de HD y ser manipulados por personal adecuadamente entrenado.
En los catéteres tunelizados se evitarán las tracciones o movimientos bruscos del catéter en las primeras semanas para facilitar la cicatrización y la fijación del manguito de dacron al tejido subcutáneo. Resulta de gran utilidad un control periódico de la longitud del tramo exterior del catéter –distancia entre el orificio de salida y las ramas de conexión. Ha de prestarse especial atención a pacientes ancianos en los que el tejido subcutáneo está disminuido y no suele producirse un anclaje adecuado.
Pincha aquí para ver la explicación sobre los accesos vasculares de HD según el Dr. Solozabal.
lunes, 16 de noviembre de 2015
UPP y sus estadios.
La úlcera por presión es una lesión de la piel,
producida secundariamente a un proceso de
isquemia, que puede afectar y necrosar aquellas
zonas de la epidermis, dermis, tejido subcutáneo
y músculo donde se asientan, incluso pudiendo
llegar a afectar articulación y hueso
Se clasifican en cuatro estadios:
I:
Alteración observable en la piel integra, relacionada con la presión, que se manifiesta por una zona eritematosa que no es capaz de recuperar su coloración habitual en treinta minutos. La epidermis y dermis están afectadas pero no destruidas. En pieles oscuras, puede presentar tonos rojos, azules o morados. En comparación con un área adyacente u opuesta del cuerpo no sometida a presión, puede incluir cambios en uno o más de los siguientes aspectos:
– temperatura de la piel (caliente o fría)
– consistencia del tejido (edema, induración)
– y/o sensaciones (dolor, escozor).
II:
Úlcera superficial que presenta erosiones o ampollas con desprendimiento de la piel. Pérdida de continuidad de la piel únicamente a nivel de la epidermis y dermis parcial o totalmente destruidas. Afectación de la capa subcutánea.
III:
Úlcera ligeramente profunda con bordes más evidentes que presenta destrucción de la capa subcutánea. Afectación del tejido muscular. Puede existir necrosis y/o exudación. Según algunos autores su extensión hacia abajo no traspasa la fascia subyacente.
IV:
Úlcera en forma de cráter profundo, que puede presentar cavernas, fístulas o trayectos sinuosos con destrucción muscular, hasta la estructura ósea o de sostén (tendón, cápsula articular, etc.). Exudado abundante y necrosis tisular. En todos los casos que proceda, deberá retirarse el tejido necrótico antes de determinar el estadio de la úlcera, sirviendo la zona de afectación estructural más profunda de la totalidad de la lesión para definir el estadio en que se encuentra.
El 50% de las UPP están localizadas a nivel domiciliario.
Se clasifican en cuatro estadios:
I:
Alteración observable en la piel integra, relacionada con la presión, que se manifiesta por una zona eritematosa que no es capaz de recuperar su coloración habitual en treinta minutos. La epidermis y dermis están afectadas pero no destruidas. En pieles oscuras, puede presentar tonos rojos, azules o morados. En comparación con un área adyacente u opuesta del cuerpo no sometida a presión, puede incluir cambios en uno o más de los siguientes aspectos:
– temperatura de la piel (caliente o fría)
– consistencia del tejido (edema, induración)
– y/o sensaciones (dolor, escozor).
II:
Úlcera superficial que presenta erosiones o ampollas con desprendimiento de la piel. Pérdida de continuidad de la piel únicamente a nivel de la epidermis y dermis parcial o totalmente destruidas. Afectación de la capa subcutánea.
III:
Úlcera ligeramente profunda con bordes más evidentes que presenta destrucción de la capa subcutánea. Afectación del tejido muscular. Puede existir necrosis y/o exudación. Según algunos autores su extensión hacia abajo no traspasa la fascia subyacente.
IV:
Úlcera en forma de cráter profundo, que puede presentar cavernas, fístulas o trayectos sinuosos con destrucción muscular, hasta la estructura ósea o de sostén (tendón, cápsula articular, etc.). Exudado abundante y necrosis tisular. En todos los casos que proceda, deberá retirarse el tejido necrótico antes de determinar el estadio de la úlcera, sirviendo la zona de afectación estructural más profunda de la totalidad de la lesión para definir el estadio en que se encuentra.
El 50% de las UPP están localizadas a nivel domiciliario.

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